sábado, 24 de diciembre de 2011

Acá vamos.

Me animé. Siempre dije que escribiría, no lo hacía por falta de tiempo o tal vez (casi inconscientemente), porque sé que cuando empiezo a expresarme, no paro. En serio. Vas a ver.

Pasa que estuve pensando mucho en éstos días. Se acaba el 2011 y últimamente conocí a mucha gente que tiene demasiadas metas; pero solo son eso: metas. No quiero formar parte de ese grupo. No quiero, años adelante, desdoblar un papel con una larga lista de metas sin cumplir. Y acá vamos, empecé de a poco. Me falta saber andar en bici sin rueditas y perder el pánico a que un tiburón salga de cualquier pelopincho; pero decidí empezar a tachar cosas de mi lista.

Sé que no escribo bien, y tampoco tengo cosas demasiado importantes que decir. Pero ¿acaso sólo lo importante importa?